Hoy comparezco ante la trémula disforia. No se cuánto tiempo permanecí aletargada por la incandescente esfera lunar. La negra noche trae consigo un montón de nostalgias y olvidos. Memoro travesuras y revivo por un instante, mi sonrisa transforma el panorama, comienza la ensoñación...
Vamos... Vamos a soñar que sonñamos sueños extravagantes de mundos ácidos y paletas humanas comestibles, sabores exóticos e imágenes esclavas de nuestras malevolencias.
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