15.2.09

Esta tristeza mía. Atte. Chabela Vargas


La tristeza

No hay tristeza que no lleve en su entraña
rúbricas de aleluya / sin embargo
con la mala conciencia no se juega
ni siquiera en la noches de los sábados

ni en el brumoso encuentro con el llanto
la desdicha se acerca a lo que quiere
con la mala conciencia no se juega
ni en la plegaria ni en las maldiciones

no hay tristeza amputada de esperanza
ni alegría sin ásperos presagios
la pobre vida es una encrucijada
de regocijos y fracasos

En El porvenir de mi pasado, de Mario Benedetti
*Hoy es uno de esos días que ni viene ni van. Es de los que recogen, llevan y dejan trocitos de mísera vida por doquier.

2 comentarios:

  1. la misma mujer
    Todo su cuerpo besarás,
    su ser entero tomarás,
    pero tan sólo si es también
    su desición.
    Principios puedes olvidar
    por atrapar su corazón,
    entre sus brazos la pasión
    encontrarás.
    Ella conoce
    todo el poder de su piel,
    entre sus piernas
    puedes sentirte más hombre que ayer.
    Su voz te puede susurrar
    la más hermosa obscenidad,
    hasta que puedas comprender
    con quién estás.
    Jamás permite que le den
    algo que ella no pidió,
    es la primera en pisotear
    todo su amor.
    Puedes tomarla,
    puedes gozar hasta el fin,
    más no pretendas
    que tenga un gesto de amor hacia ti.
    Ella no altera tu valor,
    esa jamás fue su intención,
    tan sólo te quiere mostrar
    su gran pasión.
    A veces puede confundir
    lo que es amar, lo que es sentir,
    con ella puedes aprender
    una lección.
    Ella es eterna,
    ella es de hoy y de ayer.
    tu la conoces,
    ella es la misma, la misma mujer.
    pekeña rekuerda ke si volteas a la izq y a la derecha ai estare...

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  2. Ángel González - Me basta así

    Si yo fuese Dios
    y tuviese el secreto,
    haría
    un ser exacto a ti;
    lo probaría
    (a la manera de los panaderos
    cuando prueban el pan, es decir:
    con la boca),
    y si ese sabor fuese
    igual al tuyo, o sea
    tu mismo olor, y tu manera
    de sonreír,
    y de guardar silencio,
    y de estrechar mi mano estrictamente,
    y de besarnos sin hacernos daño
    -de esto sí estoy seguro: pongo
    tanta atención cuando te beso-;
    entonces,

    si yo fuese Dios,
    podría repetirte y repetirte,
    siempre la misma y siempre diferente,
    sin cansarme jamás del juego idéntico,
    sin desdeñar tampoco la que fuiste
    por la que ibas a ser dentro de nada;
    ya no sé si me explico, pero quiero
    aclarar que si yo fuese
    Dios, haría
    lo posible por ser Ángel González
    para quererte tal como te quiero,
    para aguardar con calma
    a que te crees tú misma cada día,
    a que sorprendas todas las mañanas
    la luz recién nacida con tu propia
    luz, y corras
    la cortina impalpable que separa
    el sueño de la vida,
    resucitándome con tu palabra,
    Lázaro alegre,
    yo, mojado todavía
    de sombras y pereza,
    sorprendido y absorto
    en la contemplación de todo aquello
    que, en unión de mí mismo,
    recuperas y salvas, mueves, dejas
    abandonado cuando -luego- callas…
    (Escucho tu silencio.
    Oigo
    constelaciones: existes.
    Creo en ti.
    Eres.
    Me basta.)

    AMIGA... LO VOLVERÍA A HACER, IDÉNTICO, SÓLO QUE ESTA VEZ ESTARÍAMOS JUNTOS PARA SIEMPRE. NADA MÁS LA MUERTE NOS SEPARARÍA. Y EN LA REENCARNACIÓN NOS VOLVERÍAMOS A ENCONTRAR, QUIZÁ ÉL COMO MUJER Y YO COMO HOMBRE. ES EL AMOR DE MIS VIDAS. EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO. YO TE ENTIENDO. PERO TIENES QUE VIVIR!!! PORQUE ÉL SEGUIRÁ VIVIENDO... SO... TÚ HAZ LO MISMO!!! NO SÉ QUÉ MÁS DECIR, ES UN PUNTO FLACO... RECUERDA QUE TE QUIERO!!! BESOS!!!

    Atte: Xcharemi

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