14.2.09

EntresijoS









No hay respuestas concretas y fáciles, nadie tiene la verdad. De momento y vertiginosamente la estrella se encuentra entre un montón de meteoros que desean destruirla, aniquilarla, hacerla polvo. ¿Buscar una salida? No hay, y si aparece por efecto de la tortura psicológica es peor, quizá la estrella entre a un agujero negro y jamás retorne a la luz.




Mientras espero una taza de café saco una de mis libretas de confusión y me encuentro a Borges que dice:






LOS ENIGMAS

Yo que soy el que ahora está cantando
seré mañana el misterioso, el muerto,
el morador de un mágico y desierto
orbe sin antes y después ni cuándo.

Así afirma la mística. Me creo
indigno del Infierno o de la Gloria,
pero nada predigo. Nuestra hisoria
cambia como las formas de Proteo.

¿Qué errante laberinto, qué blancura
ciega de resplandor será mi suerte,
cuando me entregue el fin de esta aventura
la curiosa experiencia de la muert?
Quiero beber su cristalino Olvido,
ser para siempre; pero no haber sido.

Borges.





He terminado mi taza de café ficticio, sabe bien cuando no hay a la mano cafeína. Mis vecinos escuchan música de rondalla y yo simplemente me relajo con las cumbias famosas, hoy no tengo ganas de escuchar a Chopin o a Yann, no quiero ver a Burton ni a Polansky, no quiero nada y a la vez todo. Estoy cantando, ahora, y mañana yo tampoco sé dónde ni cómo esté cuando regreses… y si es que eso pasa.

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