Antes, al verte sufrir,
corazón, yo no entendía,
y aunque tus penas veía
nunca las pude asumir.
En cambio, hoy sé compartir
el suplicio que te enciende,
porque ya mi vida entiende
que existen, en conclusión:
razones del corazón
que la razón no comprende.
Del poema "Décimas al corazón" , Elías Nandino
El corazón y la razón comparten cama y a veces filosofan. Muchas veces me he preguntado por qué no se muere lo indeseable, para qué esperar si sólo basta cruzar una puerta y dejar que la ausencia permee en los recuerdos y provocar homicidios entre ellos. ¿Para qué conciliar polos? Cabeza y corazón se encuentran distantes, no se desconocen, por lo mismo no hay tolerancia. ¡Es maravilloso estar entre la espada y la pared!
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