Miércoles, 4 de noviembre de 2009
M tiene la leve sospecha que el destino sigue confabulando en su contra. El sol quema y el viento tiene ese tono agresivo y prepotente de frío malintencionado. Temporal tras temporal se sostienen las ilusiones cada vez más oxidadas. Los segundos son espinitas que llagan el corazón, de por sí, roto.
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